Cómo es esto, que te he venido a encontrar por aquí,
por aquí entre tanta coincidencia, y con la misma playera que usaste cuando te conocí.
ya ha pasado el tiempo, tan rápido y tan sincero como acostumbra,
y tú y yo seguimos aquí varados; si no nos vimos antes, fue por tontos,
por ciegos que quieren, con las manos en la cara, sentados, espalda contra espalda.
Me has pedido ya que te compañe a tomarnos un tesito, como antes,
cuando creiamos en babel y tanto mito. Pero no, ya no es momento, las cosas han cambiado (si, han cambiado) aunque tú y yo sigamos aquí, hay cosas que ya no podemos negar.
Quieres que como antes, discutamos en la calle, viendo y no observando.
A pesar de las circunstancias, no te voy a negar tu derecho, debes saber que si extraño nuestros ratos muertos, las noches melancólicas, la curiosidad, y como juntos conocimos los primeros tintes de este mundo. Si tuvimos algo en común, fue todo ese cariño por salir de nuestras casas a escondidas y a jugar que ya teniamos veintitantos.
No tenemos veintitantos, tu tienes veintitantos.
Solo tienes como yo, recuerdos vagos.
1 comentario:
la hibridez produce en ocasiones criaturas espléndidas. En este caso se trata de tesoñe, amorosa y abstractaa la vez, entre un narrador que frota los relatos de sucesos triviales hasta que saltan chispas de lirismo y una poeta que narra en forma de poemas una saga propia, con personajes que actúan como desdoblamientos de sí misma.
bien hecho!
Publicar un comentario