volvámonos eternos

Es un lugar pequeño, violeta y pequeño, y en las paredes se exponen testigos que quieren gritar lo que han visto por la ventana, la ventana que se lleva casi toda la pared, para no sentirse encerrado, para darle un aire de amplitud.

El piso es de marmol que brilla debajo de la cama, debajo de la caja y del buró, donde sus pies aun no lo han desgastado por darle tantas vueltas a lo mismo.

El techo esta lleno de estrellas, dibujos de estrellas, calcas de estrellas como las de los cuartos infantiles que resaltan en la oscuridad con un verde encendido, muy lejos de ser estrellas, muy lejos del cielo.

Hay escazos tres cuadros que le dan aporte al violeta, jim morrison, led zeppelin y un agosto que no se olvida, hay telas colgando, manta en la ventana y mas tela colgando.

Sobre la comoda libros, revistas y apuntes, poesía, un arreglo de arena, una lata de coca con una rama que trepa a la luna que lo enmarca todo y que publica fotografías ajenas, flyers viejos, y un recuerdo de la graduación.

'La cocina' de picasso sobre el buró y la única fotografía suya, una lampara de lava violeta también y el contraste del rojo. El estuche de los lentes que nunca usó, y bajo todo esto mas apuntes, recibos, y un dibujo de ella misma que algún amigo alguna vez le regaló.

Lo mas interesante es la cama cubierta de rojo y unas flores blancas, la almohada blanca con sus flores rojas y la cabecera que sirve de mini-biblioteca, con flores y botellas, y el reloj que nunca, nunca quiere voltear a ver pero que busca.

Y la caja, la pequeña caja, con un 'Beso' de Francesco Hayez.